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Misofonía y Relaciones: Cómo el Odio a Ciertos Sonidos Afecta la Vida en Pareja, Familia y Amistades

La misofonía es una condición que puede tener un impacto profundo en la vida social y las relaciones personales. Y es que aunque el término misofonía significa literalmente “odio al sonido”, no todas las personas comprenden el nivel de angustia que puede causar en el día a día.

Además, esta condición no solo afecta a quien lo padece, sino también a quienes los rodean y especialmente las personas más cercanas: pareja, familia, amigos y compañeros de trabajo.

Hoy quiero hablaros sobre cómo la misofonía afecta las relaciones, qué pueden hacer las personas cercanas para apoyar, y cómo convivir con alguien que sufre de misofonía sin que la calidad de las relaciones se vea comprometida.

¿Qué es la Misofonía y Cómo Impacta las Relaciones?

La misofonía se caracteriza por una respuesta emocional negativa y extrema hacia sonidos específicos. Estos sonidos, conocidos como sonidos desencadenantes de la misofonía, pueden incluir ruidos tan cotidianos como la masticación, el tecleo en un teclado, la respiración, tos, bostezo o arrastre de los pies sobre el suelo.

Para quienes padecen de misofonía, estos sonidos pueden desencadenar respuestas físicas como aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular, o emociones como irritación extrema, ira e incluso llegar a desencadenar una agresión.

Y como es de esperar, esta respuesta desproporcionada puede afectar seriamente la convivencia con la misofonía en entornos familiares o de pareja, y también en el círculo de amigos.

Vivir con misofonía en una relación de pareja puede ser un reto diario. Los ruidos que provoca el otro, como masticar, sorber o incluso roncar, pueden volverse intolerables, lo que genera conflictos y malentendidos Ya que en muchas ocasiones,  la pareja que no padece misofonía muchas veces no comprende la gravedad de la irritación y puede sentirse atacada, lo que agrava el conflicto.

Estrategias para Manejar la Misofonía en la Familia y Pareja:

  1. Comunicación honesta sobre la misofonía: Es fundamental que la persona afectada explique de manera clara y calmada qué sonidos específicos le generan una reacción tan intensa. La pareja necesita comprender que no se trata de algo personal, sino de una condición sensorial.

  2. Crear un espacio de refugio acústico: Es esencial que la persona con misofonía tenga un espacio en casa donde pueda retirarse si los sonidos desencadenantes de misofonía se vuelven demasiado intensos. Este espacio debe ser tranquilo, con poca estimulación sonora, donde pueda relajarse y calmarse. Pero lo más importante, no ha de ser culpado por retirarse momentáneamente, incluso aunque sea en medio de una comida y conversación.
  3. Actuar como cómplice y equipo. Aunque la parte de la pareja que no sufre misofonía pueda percibir una mirada o reproche, ser consciente del malestar del otro y la no intencionalidad de “daño”, puede ayudarle a abordar y responder ante ese momento con cariño: por ejemplo con un guiño, una palabra de “cariño, sabes que no lo hago a drede ni para molestarte, solo como/respiro/toso”  un venga “poquito a poco, si te pones muy nerviosx no te preocupes, aléjate y cálmalo” y sobre todo no asumir como algo personal la irritación de la persona de enfrente,  puede ser de gran ayuda y sobre todo, rebajar la culpa que en muchos casos, aumenta la tensión y probabilidad de desbordamiento.

Misofonía y Amistades: El Reto de las Reuniones Sociales

La misofonía también puede volverse un obstáculo importante en las relaciones sociales, ya que las personas afectadas pueden sentirse abrumadas por los ruidos en reuniones de amigos o ciertos eventos (especialmente si hay el suficiente poco barullo como para percibir los sonidos de otros) .

El temor a encontrarse con ruidos desencadenantes puede llevar a que una persona con misofonía evite ciertos eventos, lo que a largo plazo puede afectar la calidad de las amistades.

Manejar la Misofonía en Entornos Sociales:

Una opción puede ser la de informar a los amigos cercanos: Las personas que te conocen y valoran sabrán entender la situación si se les explica de manera adecuada. La mayoría de los amigos estarán dispuestos a cooperar para crear un ambiente cómodo y de comprensión. Esto no quiere decir que les tengamos que hacer cargo de “no emitir esos sonidos”, simplemente acercarles que en ciertos momentos nos podemos ver abrumadxs y necesitaremos alejarnos o regular nuestro estado, aunque eso implique descolgarnos de la conversación

Y otro tip importante: retírate a tiempo, y no te lleves la culpa de la mano:  Puede ser útil contar con un plan para retirarse si los sonidos se vuelven intolerables, sin que esto afecte la dinámica social. La culpa no es una buena invitada, haces todo lo que puedes con los recursos con los  que hasta ese momento cuentas, no eliges sufrir misofonía y lo que menos quieres, es hacer daño. Así que como la intención cuenta, déjate el látigo guardado, porque no hay nada que reprocharte.

Vivir con misofonía es una experiencia desafiante que puede afectar profundamente las relaciones personales. Sin embargo, con comunicación abierta, empatía y la implementación de estrategias prácticas, es posible minimizar el impacto negativo de la misofonía en las relaciones y llevar una vida más equilibrada.

La clave está en que las personas cercanas comprendan la naturaleza de esta condición. Así, el entorno social y familiar puede transformarse en un espacio de apoyo y entendimiento, lo que mejora tanto el bienestar del afectado como la calidad de sus relaciones.

 

Y lo más importante…

No tienes por qué estar solx en esto.

Si sientes que la misofonía está interfiriendo cada vez más en tu vida diaria, afectando tus relaciones, tu bienestar emocional o incluso tu trabajo, es importante que sepas que no tienes que enfrentarlo solo. Llegar a un punto donde los síntomas se vuelven inmanejables puede ser frustrante, pero también es una señal de que es el momento adecuado para dar un paso hacia el tratamiento.

Buscar apoyo profesional puede marcar una gran diferencia en cómo vives y afrontas la misofonía. Adquirir herramientas efectivas puede ayudarte a recuperar el control sobre tus emociones y a reducir el impacto que estos sonidos desencadenantes tienen en tu vida. No es un proceso inmediato, pero con paciencia y el tratamiento adecuado, puedes retomar las riendas de tu calidad de vida.

Recuerda que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino un acto de valentía, y sea cual sea el detonante, tus emociones han de ser lo mas importante.

La misofonía, no es una manía, ni tiene por qué definir tu día a día:  DESHAZTE DE TU MISOFONÍA

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