¿Qué es la Misofonía? Síntomas comunes
¿Te irritan profundamente los sonidos de masticar, respirar, pasos de vecinos o teclear en el ordenador?
Podrías estar viviendo con misofonía. Aquí descubrirás qué es, por qué ocurre y cuál es el tratamiento más eficaz para calmar esta intolerancia a los ruidos.
La misofonía es una condición en la que ciertos sonidos cotidianos provocan reacciones emocionales intensas como enfado, ansiedad o irritación extrema. No es una exageración ni una sensibilidad común: es una respuesta real del sistema nervioso que interpreta el sonido como una amenaza.
SÍNTOMAS COMUNES:
Reacciones físicas como tensión muscular, sudoración, palpitaciones
Emociones intensas: rabia, frustración, ansiedad
Deseo urgente de escapar del lugar donde se escucha el sonido
Irritabilidad que persiste incluso después de que el sonido cesa

Tratamiento para Misofonía: 7 claves para una terapia eficaz
El tratamiento más eficaz para la misofonía combina estrategias para calmar el sistema nervioso, técnicas de regulación emocional y acercamiento gradual a los sonidos implementando estrategias que te permitan permanecer, sin sufrir.
El objetivo no es eliminar los sonidos, sino entrenar tu cuerpo y mente para que reaccionen con menor intensidad y más control.
1. Regulación emocional: aprender a calmar el sistema nervioso
Una de las bases del tratamiento de la misofonía es aprender a regular la activación del sistema nervioso. Cuando un sonido detonante aparece, tu cuerpo reacciona como si estuviera ante una amenaza real: tensión, respiración acelerada, rabia, ansiedad. En ese estado, es difícil pensar con claridad o actuar con calma.
Por eso, no se trata de “quitar” la emoción, sino de que no te desborde. Aquí usamos técnicas de desactivación que entrenan al cuerpo a responder con mayor calma. Y, muy importante: no solo se practican cuando aparece el sonido, sino también en momentos tranquilos del día. Porque si solo entrenas en medio del caos, es como intentar aprender a nadar en plena tormenta.
Con el tiempo, este entrenamiento crea un “colchón de regulación” que amortigua las reacciones más intensas. Respiración consciente, pausas deliberadas y ejercicios de conexión corporal son herramientas clave.
2. Escucha interna: entender cómo y por qué reaccionas así
No puedes regular lo que no entiendes. Muchas veces la misofonía no aparece de la nada. Ya hay en ti una carga emocional previa: estrés acumulado, frustración, falta de descanso, sensación de falta de control. Por eso, parte del tratamiento consiste en desarrollar conciencia corporal y emocional.
¿Qué pasa en tu cuerpo antes del sonido? ¿Hay tensión en tu mandíbula, en tus hombros, en el estómago? ¿Qué emoción te acompaña: cansancio, tristeza, enfado? Cuando aprendes a detectar estos estados previos, puedes intervenir antes de que el sonido detone una respuesta extrema.
También es importante revisar tu discurso interno: ¿cómo te hablas en esos momentos? ¿Hay exigencia, dureza, crítica? Cambiar este discurso es parte fundamental de la sanación.
3. Entrenar la atención para que no se quede enganchada al sonido
Una de las características más comunes en la misofonía es que la atención queda atrapada. Escuchas un sonido molesto y todo tu foco se va ahí. Es como si el resto del mundo desapareciera.
Aquí trabajamos con técnicas de flexibilidad atencional. Esto no significa que te distraigas o te obligues a ignorar el sonido (eso casi nunca funciona), sino que aprendas a ampliar tu percepción: lo que ves, lo que sientes en tu cuerpo, los otros sonidos del entorno.
Este tipo de entrenamiento se practica tanto en momentos de activación como en el día a día: al caminar, al comer, al conversar. Cuanto más flexibles son tus redes atencionales, más fácil es que el sonido molesto pierda poder sobre ti.

4. Cómo te hablas después del episodio… también forma parte del tratamiento
La misofonía no solo afecta en el momento del ruido. Después, muchas personas se sienten mal consigo mismas. Se culpan, se dicen que son un problema, que deberían controlarse más. Esto alimenta la sensación de vergüenza y refuerza el ciclo del malestar.
Una parte esencial del tratamiento es construir un diálogo interno más compasivo y realista. No se trata de justificarlo todo ni de hacer como si nada, sino de aprender a tratarte con respeto incluso cuando las cosas no salen bien.
Frases como:
👉 “Estoy aprendiendo a manejar esto”
👉 “Hoy fue difícil, pero estoy en proceso”
👉 “No soy mi reacción, estoy trabajando en ello”
…son ejemplos de cómo transformar tu relación contigo, y desactivar la amenaza emocional secundaria que acompaña a la misofonía.
5. Cuidarte más para reaccionar menos
Muchas personas buscan un tratamiento para la misofonía sin darse cuenta de que el terreno donde crecen esas reacciones está agotado. Dormir poco, comer mal, no tener momentos de descanso o placer… todo eso aumenta la reactividad del sistema nervioso.
Por eso, el autocuidado no es un “extra”, sino parte central del tratamiento. Dormir bien, moverte a diario, desconectar del ruido digital, buscar actividades que te nutran… todo esto no solo mejora tu bienestar general, sino que entrena a tu cuerpo para tolerar emociones incómodas sin explotar.
Además, cuidar tu salud emocional implica poder pedir lo que necesitas, poner límites, expresar lo que sientes. La misofonía también se alimenta de la represión emocional. Ser más asertivx y escucharte es parte del tratamiento profundo.
6. Exposición progresiva al sonido: paso a paso, sin forzar
Uno de los pasos más potentes en la terapia para misofonía es lo que llamamos exposición gradual. Pero no se trata de escuchar el sonido de golpe ni de obligarte a aguantarlo. Al contrario: lo hacemos paso a paso, desde un lugar seguro.
Primero identificamos qué sonidos son más difíciles y los ordenamos en una escala, desde los más neutros hasta los más complejos. Luego, poco a poco, te vas acercando a esos sonidos usando herramientas de regulación que ya has entrenado. A veces comenzamos solo con el recuerdo del sonido, o con una grabación breve.
¿Por qué funciona? Porque el cerebro necesita evidencias nuevas. Cada vez que escuchas el sonido y no ocurre nada terrible, el sistema aprende que ese estímulo ya no es una amenaza real. Así se debilita el patrón de alerta.
7. Incluso en los días en los que no lo logres… estás avanzando
El tratamiento para la misofonía no es lineal. Habrá días buenos, y días en los que sientas que vuelves al punto de partida. Es normal. Y también esos días forman parte del proceso.
Lo importante es que, incluso en esos momentos, seas capaz de decirte: “Hoy ha costado, pero sigo aquí. Estoy aprendiendo. Estoy construyendo algo nuevo.”
Ese cambio de actitud no es pequeño: es una gran victoria. Porque el tratamiento no busca que la misofonía desaparezca del todo, sino que cada vez tenga menos espacio en ti. Que ya no te controle. Que tú tengas los recursos para sostenerte, incluso cuando aparece.

Terapia especializada para misofonía
Recupera la calma. Reduce la reactividad. Aumenta la tolerancia y el bienestar a pesar de los sonidos.
En CeliaMisofonia.com te acompañamos con un enfoque terapéutico especializado, diseñado específicamente para tratar la misofonía desde la raíz.
Nuestro objetivo no es que aprendas a “soportar” los sonidos, sino que llegues a transformar tu relación con ellos, hasta que muchos dejen de afectarte y se vuelvan casi imperceptibles. Esto es posible cuando tu sistema nervioso aprende que ya no necesita reaccionar con tanta intensidad.
¿Qué incluye el acompañamiento terapéutico?
🔹 Técnicas de regulación emocional
Entrena tu sistema nervioso para responder con más calma y seguridad ante los sonidos que hoy te desbordan.
🔹 Acercamiento progresivo personalizada
Te ayudaré a acercarte a los sonidos molestos de forma segura y gradual, sin forzar, y siempre con recursos de contención emocional. Nada de aguantar hasta explotar, se trata de que al implementar las herramientas aprendidas, tu Sistema nervioso reduzca la intensidad de su reacción hasta hacerlo totalmente tolerable.
🔹 Reentrenamiento atencional y corporal
Trabajamos para que tu atención no quede “secuestrada” por el sonido, ampliando tu percepción y fortaleciendo tu presencia corporal.
🔹 Terapia individual
Sesiones online especializadas en Misofonía, adaptadas a ti, a tu historia y a tus necesidades emocionales y sensoriales.
🔹 Primer contacto gratuito
Tienes la opción de tener una primer contacto de valoración sin coste, para que puedas decidir si este enfoque es lo que estás buscando.
Preguntas frecuentes sobre la misofonía
¿La misofonía se puede superar?
Sí. Aunque no se trata de “quitarla” con una pastilla, es totalmente posible reducir su impacto hasta niveles mínimos. Muchas personas consiguen que los sonidos dejen de alterarles y vivan con una sensación real de libertad. El sistema nervioso es moldeable, y con el enfoque adecuado, se puede transformar su respuesta.
¿Por qué me molestan tanto ciertos sonidos?
Porque tu sistema nervioso interpreta esos sonidos como una amenaza, aunque no lo sean en realidad. Esto activa una reacción de alarma automática. No es un capricho, ni una exageración: es una respuesta física y emocional profunda. Lo importante es que se puede entrenar y suavizar.
¿Qué tipo de terapia funciona para la misofonía?
La terapia más efectiva combina varios pilares:
Regulación emocional
Acercamiento progresivo al sonido
Reeducación del foco atencional
Trabajo somático (desde el cuerpo)
Este abordaje integral no solo reduce la reacción ante los sonidos, sino que mejora tu bienestar general, tu autoestima y tu sensación de control.
Sé que estás escéptico, por eso en nuestra web, puedes encontrar TESTIMONIOS de personas que, tras pasar por el proceso de Misofonía, han recuperado su calidad de vida y las riendas de su bienestar emocional. (Y si aún necesitas más puedes encontrar reseñas en Google que nos avalan).
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