Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Misofonía: ¿Qué es y cómo afecta a las personas?

La misofonía es un trastorno que afecta a un 20% de personas en todo el mundo.

Ésta, se caracteriza por una intolerancia extrema a ciertos sonidos cotidianos, como el masticar, tragar, toser, la respiración o el teclear. Aunque también pueden ser sonidos como los de los vecinos en un edificio o ladridos de perros.

Estos sonidos, que para la mayoría son apenas perceptibles, para quienes sufren de misofonía pueden desencadenar una respuesta emocional muy intensa y negativa.

De hecho, las personas con misofonía  experimentan una aversión tan intensa hacia estos sonidos que, aunque éstos no estén presentes, la anticipación y ansiedad constantes afectan a su calidad de vida y sus relaciones personales.

Ya que, ante el riesgo de sufrir tal malestar, muchos optan por evitar ciertas situaciones y lugares donde saben que estarán expuestos a estos sonidos, limitando así su vida en áreas tan fundamentales para el bienestar humano como el área familiar, social, de pareja, académica o laboral.

Si bien la causa exacta de la misofonía aún se desconoce, los estudios más recientes establecen que se encuentra relacionada con la forma en que el cerebro procesa y reacciona a ciertos estímulos auditivos.

No obstante, este origen no condena a quienes la sufren, ya que con ayuda profesional pueden aprender a manejar y controlar los síntomas. Pero antes de nada, vamos a conocer un poquito más sobre ella.

¿Qué es la misofonía?

Empecemos por el principio, y en este apartado vamos a concretar más detalladamente en qué consiste la misofonía.

Se trata de una afección  poco conocida pero muy limitante para aquellos que la sufren. Se caracteriza por una aversión extrema y una respuesta emocional descontrolada a ciertos sonidos comunes. Estos sonidos, que para la mayoría de las personas pasan desapercibidos, pueden desencadenar una intensa reacción de ansiedad e ira en aquellos que sufren de misofonía.

Algunos de los sonidos más comunes que pueden desencadenar esta respuesta incluyen sonidos bucales como el masticar, pasar la lengua por los dientes, la respiración, la pronunciación de algunas letras,  el tecleo (típico en oficinas e institutos), el toser, arrastrar los pies etc.

 

Síntomas de la misofonía

Cuando una persona con misofonía registra estos sonidos, siente que de forma automática estas emociones le invaden. La irritabilidad se convierte rápidamente en ira. Aparece una elevada ansiedad y una necesidad de parar ese sonido o huir de ese lugar. 

De  hecho, durante estos episodios, las personas con misofonía experimentan un gran “odio” y “desprecio” hacia las personas que hacen estos sonidos. Incluyendo miradas, reproches o ataques hacia quien lo está reproduciendo.

Con todo ello, podemos afirmar que la misofonía se caracteriza por una aversión extrema a ciertos sonidos.

Es importante destacar que estos síntomas pueden variar en intensidad y pueden ser ligeramente diferentes para cada persona que sufre de misofonía.

No obstante, recogiendo los nombrados anteriormente como los más comunes, destacamos: 

  1. Irritabilidad extrema: las personas con misofonía pueden experimentar una irritabilidad extrema cuando escuchan los sonidos desencadenantes. Pueden sentirse muy enfadadas incluso aunque el sonido resulte apenas perceptible para los demás.                                     
  2. Ansiedad: la exposición a los sonidos desencadenantes puede desembocar en una intensa ansiedad en las personas con misofonía. De hecho, la mayoría refieren sentirse muy nerviosas e inquietas pero también en muchos casos, pueden llegarse a producir ataques de pánico. Especialmente si la persona siente “que no puede escapar”                                                                                                                                                                                                                 
  3. Respuestas emocionales negativas hacia quienes lo emiten: las personas con misofonía pueden experimentar una amplia gama de respuestas emocionales negativas hacia los causantes de estos sonidos: desde la repulsión e incluso odio hacia esa persona “como si lo estuviese haciendo a posta” “y como si se diese unos permisos desmedidos para hacer sonidos muy asquerosos”                                                                                                        
  4. Evitación de situaciones: para evitar los sonidos desencadenantes, las personas con misofonía pueden comenzar a evitar ciertas situaciones o lugares donde saben que estarán expuestas a estos sonidos. Pero esto puede llegar hasta la necesidad de aislarse de cualquier entorno en el que corran el peligro de que estos sonidos estén presentes. Limitando hasta la realización de actividades cotidianas básicas como ir a trabajar, reuniones familiares, ir al cine etc.

Causas de la misofonía

Aunque la causa exacta de la misofonía aún se desconoce, los expertos creen que está relacionada con el procesamiento y la reacción del cerebro a ciertos estímulos auditivos.

Se cree que las áreas del cerebro involucradas en la regulación de las emociones y la respuesta al estrés pueden estar hiperactivas en las personas con misofonía, lo que hace que reaccionen de manera exagerada a los sonidos desencadenantes.

Además, se ha encontrado que la misofonía puede estar relacionada con la conectividad entre las áreas del cerebro que procesan el sonido y las áreas que controlan las emociones.

Esto podría explicar por qué las personas con misofonía experimentan una respuesta emocional tan intensa a ciertos sonidos, mientras que para otras personas estos sonidos pasan desapercibidos.

Aunque la misofonía puede ser limitante, es importante destacar que no es una cuestión de falta de control o falta de fuerza de voluntad para manejarla. Es una condición que tiene su expresión a nivel neurológico, a nivel fisiológico y a nivel mental. Es una condición legítima y que requiere comprensión, apoyo.

Diferencia entre misofonía e hiper sensibilidad al sonido

Es importante tener en cuenta que la misofonía no es lo mismo que la sensibilidad al sonido o también denominada hiperacusia.

Si bien ambos pueden implicar una aversión a ciertos sonidos, la misofonía se caracteriza por una respuesta emocional negativa extremadamente intensa a sonidos que resultan prácticamente imperceptibles para la mayoría, mientras que la sensibilidad al sonido implica una mayor sensibilidad a los estímulos auditivos en general.

Las personas con misofonía pueden experimentar una aversión extrema y una respuesta emocional negativa específicamente a ciertos sonidos desencadenantes, mientras que las personas con sensibilidad al sonido pueden sentirse muy abrumadas o incómodas con una amplia gama de sonidos, sin que haya uno específico que desencadene una respuesta negativa intensa.

Es importante hacer esta distinción ya que la misofonía requiere un enfoque de manejo y tratamiento diferente en comparación con la sensibilidad al sonido.

Impacto de la misofonía en la vida diaria

Como venimos destacando a lo largo de este artículo, la misofonía  tiene un impacto significativo en la vida diaria de las personas que la padecen.

La aversión extrema y la respuesta emocional negativa a ciertos sonidos pueden afectar su capacidad para concentrarse, relajarse o disfrutar de actividades cotidianas y que para la mayoría de personas, resultan placenteras.

Algunas de las formas en que la misofonía puede afectar la vida diaria incluyen:

  1. Dificultades en el trabajo o lugar de estudios: las personas con misofonía pueden tener dificultades para concentrarse en el trabajo o instituto, debido a la presencia de sonidos desencadenantes. Esto puede afectar su productividad y rendimiento.                                                                 
  2. Problemas en las relaciones personales: la aversión extrema a ciertos sonidos puede causar tensiones en las relaciones personales. Las personas con misofonía relatan que a menudo, no pueden evitar mirar mal, hacer ciertos comentarios o alejarse de las personas que emiten estos sonidos. En ese momento “la otra persona que hace este sonido, es la causante de que yo me sienta así”. Esta percepción, durante los episodios de misofonía, puede causar conflictos y dificultades en las relaciones cercanas.                                                                                                                                                                                         
  3. Limitaciones en la vida social: para evitar los sonidos desencadenantes, las personas con misofonía pueden comenzar a evitar ciertas situaciones sociales o lugares donde saben que estarán expuestas a estos sonidos. Esto puede limitar su vida social y hacer que se sientan aisladas o excluidas. Algo que facilita la aparición de sintomatología ansioso-depresiva.                                                                                                                                                                                                             
  4. Dificultades para relajarse: la presencia de sonidos desencadenantes puede dificultar la relajación y el descanso. Las personas con misofonía pueden sentir que están constantemente alerta, y que la paz y tranquilidad se encuentra totalmente condicionada por la posible aparición de los sonidos desencadenantes.

Aunque estas son las limitaciones más habituales, es importante tener en cuenta que el impacto de la misofonía puede variar de una persona a otra.

Algunas personas pueden experimentar síntomas más leves y tener menos dificultades para manejarlos, mientras que otras pueden verse más afectadas y sentir que la misofonía es quien controla la mayor parte de su vida.

Diagnóstico y tratamiento de la misofonía

Si sospechas que puedes estar experimentando misofonía, es importante buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento individualizado.

Aunque no existe una prueba específica para diagnosticar la misofonía, un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, puede evaluar tus síntomas y realizar un diagnóstico basado en tus experiencias y la gravedad de tus reacciones emocionales a los sonidos desencadenantes.


Una vez que se ha realizado un diagnóstico de misofonía, existen  opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a manejar y controlar los síntomas. 

En nuestro centro, el proceso terapéutico consiste en aprender  técnicas de relajación y estrategias de afrontamiento para reducir la intensidad de tus respuestas emocionales.

Para ello, nos centraremos en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos o irracionales asociados con la misofonía, así como desarrollar habilidades para manejar tus emociones de manera más efectiva.

Por último, cuando tengamos toda nuestra caja de herramientas repleta de opciones para hacer frente a estos sonidos, nos acercaremos gradualmente a ellos mientras comprobamos que puedes controlar estas respuestas emocionales negativas.

Si bien, contamos con un tratamiento estandarizado, hay una cosa en la que destacamos, y es la individualización de las herramientas a  las características de la persona. Cada persona es única y que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Por ello, contamos con diferentes profesionales, cuyas especializaciones además de la misofonía nos permiten adaptarnos a tus necesidades individuales.

Misofonía

Estrategias para manejar la misofonía

Además del tratamiento profesional, en este artículos te quiero dejar  varias estrategias que puedes utilizar para sobrellevar la misofonía en tu vida diaria. Estas estrategias pueden ayudarte a reducir la intensidad de tus respuestas emocionales

  1. Aprender técnicas de relajación: practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga, puede ayudarte a reducir la ansiedad y el estrés. Esto es importante que lo apliques en tu día a día independeitnemente de la aparición o no de esos sonidos. Reducir tu activación basal, puede ayudarte a que esos sonidos si bien sigan disparando una reacción emocional intensa, sean un poquito más manejables. Asimismo, estas técnicas pueden ayudarte a calmarte en momentos de intensa reacción emocional.                                                                                                                                                                                                    
  2. No te expongas “para acostumbrarte”: esto lo único que hará será aumentar tus niveles de ansiedad, y potenciar que en exposiciones futuras, tu cuerpo reaccione de una manera más rápida e intensa ante la percepción de estos sonidos.                                                                  
  3. Buscar adaptaciones razonables: si la misofonía afecta significativamente tu capacidad para cumplir con tus responsabilidades laborales o académicas, puedes considerar hablar con recursos humanos en el trabajo o con el personal de apoyo en la escuela para explorar adaptaciones razonables. Esto puede incluir cambios en tu entorno de trabajo o estudio, como un cambio de ubicación o un horario flexible.                                                                                                  
  4. Comunicarte con las personas de tu entorno: hablar abierta y honestamente con las personas cercanas a ti sobre tu misofonía puede ser de gran ayuda. Explicarles cómo te afectan ciertos sonidos y pedir su comprensión y apoyo puede ayudar a minimizar las tensiones en las relaciones y fomentar un entorno más comprensivo.

Recursos para personas con misofonía

Aunque hay mucha literatura que mantiene que la misofonía no tiene cura, no desesperes.

La misofonía se puede aprender a manejar.

Buscar un terapeuta especializado en el tratamiento de la misofonía puede ser de gran ayuda. Como para la mayoría de cosas de la vida, contar con experiencia especializada facilita la comprensión de la sintomatología y garantiza el conocimiento acerca de cómo abordarlos y mejorar tu calidad de vida.

Recuerda que no estás solo. 

 

¿Quieres saber más sobre nuestro tratamiento? ¡HABLEMOS!